sábado, 2 de febrero de 2019
CAPITULO 50
Estamos en la suite de Pedro en el hotel Dayton.
La buena noticia es que no sólo es el primer debate, aunque Carlisle está encantado. La cobertura mediática que influye en los votantes pare realmente a favor de Pedro.
—Estoy demasiado viejo para toda esta emoción —dice Carlisle, suspirando exhausto, pero feliz.
Le traigo un café caliente—. A tu edad, la mayoría de los hombres se postulan para Presidente —sonrío y tomo una oportunidad para mirar a Pedro, notando que él sintió la broma.
La prensa ha especulado incesantemente sobre si es demasiado joven para ser Presidente. Y sin embargo, esta noche era el único hombre en el escenario.
Carlisle se ríe de mi pinchazo de edad de Pedro—. En realidad ya he puesto a uno en el asiento y estaré feliz si lo hago con este. —Le da un pulgar a Pedro mientras él va hacia la ventana.
—Él te sedujo —le digo.
—Él te sedujo a ti —contesta Carlisle.
Sonrío.
—Es el único —dice con convicción firme—. Si no puedo llevarlo a la casa blanca…
—Volverá a intentarlo.
—Chica, tengo problemas de corazón. Uno más es todo lo que puedo tomar —Se acaricia el estómago como si su peso fuera el problema cardiaco, que podría ser correcto.
Me dirijo hacia Pedro y me paro junto a él, y miramos por la ventana un momento.
No sé si alguna vez nos acerquemos lo suficiente para que su aliento se mezcle con el mío. Así que me paro tan cerca como puedo, sin quemarme.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario