domingo, 27 de enero de 2019
CAPITULO 32
Cuando llego a la sede de la campaña el lunes por la mañana. No estoy enteramente segura si debería sentir temor, ansiedad, incertidumbre, miedo, excitación, alegría, o simplemente la felicidad.
Todo lo que sé es que todavía lo siento entre mis piernas.
Visiones del sábado revolotean en mi mente durante todo el día y sirven como fugaces bellos recordatorios de una noche que nunca olvidaré.
Hay un cambio visible, pero invisible para cualquier persona que no seamos Pedro y yo.
Cada vez que nos miramos hay una comprensión silenciosa de que ahora compartimos algo especial.
Cada vez que escucho el sonido de su voz digiriéndose a su equipo o tomando decisiones relacionadas con la campaña, lo recuerdo susurrando cosas sucias en mi oído, gimiendo mi nombre, gruñendo en su liberación. Varias veces.
Las cosas han cambiado. He estado con él de las formas más íntimas que cualquiera puede estar con otra persona, y se siente absolutamente increíble. Cuando le miro, me da vértigo y mi corazón comienza a latir más y más rápido. Si alguien me hablara en este momento, no escucharía a quien fuera por encima del sonido de mi corazón, volviéndose loco por este hombre.
Hay un cambio en él también.
Es como si su masculinidad se hubiera multiplicado por mil. Su sonrisa tiene más maldad. Su caminar ahora es más un andar confiado, y Dios, su voz… Podría estar hablando sobre los impuestos del estado y por el tono de su voz, pensarías que está describiendo posiciones sexuales.
Las miradas me están matando. A veces vienen con una sonrisa atractiva y privada. A veces sin sonrisa en absoluto, su expresión casi como un gesto reflexivo. A veces con una mirada de sorpresa, como si se sorprendiera a sí mismo mirándome.
Trato de que no me pillen mirándole también, pero siempre esta ese segundo cuando le estoy mirando, y al siguiente momento de alguna manera lo siente y se gira y rápidamente aparto la mirada. Es sólo un segundo, pero es suficiente. Me hace tratar más duro de no mirar y es más difícil ser totalmente profesional.
Porque sé, cuando me mira, que también está pensando en esa noche.
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Me parece q se va a armar si se sabe lo que hay entre ellos. Re atrapante esta historia.
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