miércoles, 27 de febrero de 2019
CAPITULO 108
Después de un glorioso sábado por la noche, saliendo por el campamento y saboreando el hecho de que Camp David es a prueba de paparazzi, debido a que es una base militar, y luego de acurrucarnos en la cama para hacer el amor lentamente, volvemos al Marine One dirigiéndonos a casa, con Jack mirando por las ventanas.
Miro los anillos de boda y de compromiso, brillando en mi dedo con una sonrisa en mis labios y luego estudio el perfil pensativo de Pedro mientras mira por la ventana.
Puedo decir que su mente ya está volviendo al trabajo.
Estoy triste por dejar que la calma de Camp David se vaya. Pero cuando nos acercamos al Distrito, miro los monumentos de Washington y Jefferson mientras nos preparamos para descender sobre el Césped Sur de la Casa Blanca y siento una sensación de paz y asombro al ver la ciudad desde este punto de vista.
Absorbo las luces que rayan sobre las paredes columnadas, y sé que es donde Pedro necesita estar. Aquí es donde pertenece. Donde pertenecemos. No importa lo mucho que a veces deseemos congelarnos dentro de un momento simple y normal para siempre.
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