miércoles, 30 de enero de 2019
CAPITULO 41
—Quiero ver a Paula esta noche. Necesito de su ayuda de nuevo.
Wilson me mira mientras tomamos café en mi suite en The Jefferson, esperando que el resto de mi equipo ponga sus traseros aquí.
Wilson me mira en silencio, después pasa una mano sobre su cabeza calva.
—¿Qué haces Pedro? Pensé que habías sacado esa mierda de tu sistema en la universidad, hombre.
Niego con la cabeza.
—No es lo que piensas, es diferente con ella. —Encuentro su mirada—. Quiero que la trates diferente. Quiero que la protejas como si fuera yo. Si esta mierda sale, no quiero saber lo que le harían Hessler o Carlisle.
—No saldrá. No bajo mi cuidado —afirma Wilson.
Aprieto mi mandíbula y miro mi café, y la veo.
Sólo a ella.
—No puedo perseguirla. No puedo renunciar a ella. —Me río irónicamente—. Probablemente pienses que es una obsesión… pero es más que eso. Ella es más que eso.
Ella me apoya.
Me obsesiona.
Me impulsa.
Esta mujer no sólo me hace querer ser un mejor hombre, me hace querer ser el mejor maldito Presidente que haya vivido.
Ella es lo que nunca supe que quería y he descubierto que la necesito.
Sé muy bien que tendré que renunciar a ella muy pronto, pero aún no puedo hacerlo.
Wilson asiente.
—Yo te cubro.
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